sábado, 24 de diciembre de 2016

Hoy, mañana y pasado

Me apasiona la gente que tiene una esencia, y la conserva. Me fascina quien es capaz de hacer que pervivan sus pensamientos ligados a sus acciones hoy, mañana y pasado. Quien emite una palabra y valga por mil que vengan luego, pues esa palabra será cierta hoy, el mes que viene y el posterior.

Es por eso que me encantas, tan segura de tí misma. Sin dudas. En definitiva, tan tú.

Es por eso que eres capaz de comerte el mundo, de destruir todas las barreras que se pongan a tu paso. Que hoy me mires con esa misma mirada que aquel día en el que tus labios me enviaron un "te quiero", por primera vez.

Que si intento rebuscar entre las capas de tu corazón solo me encuentre con una, en la que esté escrita tu nombre. Que no tenga que verte reflejada en esas personas que se hacen daño cada día, que tan pronto dicen que te adoran y otro día, sin explicación alguna, te dicen adiós.

Por eso eres tan única, tan verdadera. Porque eres capaz de conservar eso que es tan fácil y que hoy en día casi nadie posee. El creer en ti misma, creer en lo que dices y que cuando me dices que crees en mí, se que lo harás hoy, mañana y siempre.


jueves, 3 de noviembre de 2016

Me duele Sevilla

Necio quizás sea el que diga estas palabras, pero sobra la verdad: me duele Sevilla. Tan hermosa ciudad, imponente la Giralda que con la mirada del guardián de su cima recorre cada lugar, y observa al visitante asombrarse por la belleza de sus calles, y al vecino en su balcón, orgulloso por el efecto que causa su hogar en cada rostro. Ay del que ve por primera vez la Plaza de España, que ante su inmensidad asciende la adrenalina del viandante hasta quedar maravillado por tan esplendoroso recuerdo. Y es por eso que me duele Sevilla, como antaño Bécquer en San Telmo suplicaba por su amor, o en las finas calles de la judería Juan Tenorio dejó sellado el sufrimiento de un sentimiento. Que Triana observe entonces como su puente te traslada a una memoria en la que merece la pena sumido cada momento.

Cada instante, bueno o malo vivido, queda contigo absorbido por cada camino en el tiempo, y espera la llegada del que lo dejó plasmado para que no olvide que en esta ciudad se siente, y se siente de verdad, tanto que si no se controla se padece, pues tantos lugares únicos alberga que cada uno de ellos aumenta las sensaciones de los recuerdos.

Y tanto te quiero que me dueles, pero no por eso dejas de ser tan especial. Porque cada vez que te recorro me asombras, porque cada vez que veo el corazón de tus rincones me enseñas nuevas emociones. Porque ciego es el que entre en tu Alcázar y no sienta finalmente que se encuentra en una de las ciudades más bonitas que sus ojos han trasladado a su alma.

Es por eso que te hablo ahora Sevilla. Que el mundo entero sepa que hoy no será el día en el que un sevillano diga que no eres encantadora, que con tu vestido de azahar no eres de sueños creadora.




sábado, 29 de octubre de 2016

Mi perfecto desastre

Si el ciego mundo observara cuánto te añoro y cuanto te valoro, no habría un Quérido amor etéreo capaz de volver a helar mi alma. Ni aunque esos hermanos, Tiempo y Olvido, intentaran alejarnos de lo que nos une, solo nuestra comprensión, nuestra razón y nuestro corazón sabrán lo que el destino nos ofrecerá. Y jamás tengas miedo, no si estoy a tu lado. Ni si quiera las cicatrices del pasado pueden hacer que decaigamos, al contrario, nos fortalecen como si no hubiera un ayer, solo un futuro de esperanza. Y no importan los problemas ni cuantas personas pasen hasta nuestra llegada, un día estaremos sentados escuchando "La vie en rose" mientras cae un atardecer en el agua, y disfrutamos un momento más que sumar al camino de la felicidad, nuestro camino.

Recuerda quien fuiste, para saber quien eres y ten fe en tí misma, ten fe en lo que está por llegar. Ten fe en ese corazón que aguarda, que hará llegar la sensación más maravillosa que hayas disfrutado.

A mi dulce sombra, a tí que aguardas mi llegada, no tiembles, no temas. Hoy, aunque no me veas, estoy contigo. Ya no llueven lagrimas, pues solo te esperan a tí, y si tienen que caer, que sea de emoción por encontrarme contigo.  Abramos la ventana al mundo, a la posibilidad de que todo irá bien llegado el momento, de que un día se encuentre finalmente el sentido a un "de tí sin mí".

Y no caigas en la inseguridad, que no surjan esas palabras que nadie quiere oír. Que no rompan un momento más de tantos, de las muchas historias en las que a lo largo del tiempo algo no dejó de escucharse, y que entre nosotros no hay más sinsentido de que apareciera ese "Ya no siento lo mismo". No en nuestra historia. Que ya no hubiera que preguntarnos cada noche : "¿Y si viviéramos cerca?" Probablemente nuestro recorrido comenzaría finalmente, después de tanto luchado con personas que no dudaron en dejarnos de lado en un suspiro.

Y sí, quizás seamos bichos raros, quizás seamos un desastre. Pero serías mi perfecto desastre.






martes, 25 de octubre de 2016

"¿Y si viviéramos cerca?"

Un mundo que alberga millones de almas separadas por un muro invisible de cientos o miles de kilómetros.

En ocasiones da la casualidad que la persona indicada no es del lugar en el que vives. ¿Pero quién controla eso? ¿Al final tienes que forzarte a tí mismo a encontrar alguien de ese lugar, para no sufrir por algo más lejano? El destino es injusto a veces, quizás demasiado. Vayas donde vayas seguro que hay una persona que esté pasando por esto. Es triste, pero cierto. Personas que lo único que quieren es sentir el roce de alguien tan increíble para ella, y que por desgracia no la pueden tener cuando más la necesitan.

Un difícil camino para muchas personas. Los más fuertes, lo consiguen. Los más débiles, acaban por conformarse con el cariño de alguien cercano, que le proporcione lo que la otra persona no le podía dar. Y al final, en este caso, solo queda un tremendo pesar. Un ruego a la vida, quizás rabia por no poder demostrar todo lo que podrías, muchísimo más de lo que encontrará en esa persona que tiene cerca.

Puede que hayas vivido esto o puede que no. Pero si conoces a alguien en esta situación, sé amable con ella, necesita salir adelante en este mundo en el que en ocasiones nuestros mayores deseos son demasiado difíciles de alcanzar.




domingo, 16 de octubre de 2016

"Ya no siento lo mismo"

Unas palabras cargadas de irresponsabilidad, la mayoría de las veces. Dichas cuando por primera vez esa persona a la que van dirigidas ya no te importa tanto. A cuántas personas les habrá roto el corazón, a cuántas les habrá encogido el alma.

Y nos hacen más fuerte...dicen. Sí, es cierto que nos creamos una coraza que ayuda a que personas, con no muy buenas intenciones o que simplemente te dejen de valorar al tiempo, no nos puedan hacer daño. Pero cuando decides abrirte a una persona nuevamente y te acaba diciendo esas palabras...sí, esas malditas palabras, el efecto que te producen es el doble de desgarrador de lo que lo fue la última vez...

Al final solo queda una cosa: miedo. Tengo miedo. A dormir y tener un sueño que como una premonición al despertarme se haga una realidad, en el que esa persona a la que adorabas sentencie lo que tanto temes. De que si las cosas van mal en algún momento, pueda pensarme lo peor. Tengo miedo a tener una mínima posibilidad de sentir el propio miedo, de pesadumbre.

Tan pronto las nubes te mecen en el cielo, como te sueltan hasta dejarte caer hacia un precipicio del cual es demasiado difícil salir. Ojalá, estimado lector, no tengas que escuchar estas palabras por primera vez, o de nuevo, pues he aquí la prueba de un servidor que no quiere volver a sufrir el efecto de tan doloroso recuerdo.



miércoles, 12 de octubre de 2016

Inseguridad

Sí lees esto, lo más seguro es que te sientas identificado, tanto porque te ocurra a tí, como a una persona que conozcas. Quizás lleves mucho intentando encontrar la respuesta.

Lo lógico hoy en día es que busquemos lo seguro, lo que perdure. Sin embargo... la realidad no es así. En nuestra sociedad existe gran cantidad de personas que no considera emocionante el tener algo que puede permanecer a tu lado y que sepa que siempre va a estar ahí, si no ir cambiándolo de tiempo en tiempo. No tienen por qué ser, a pesar de todo, malas personas por ello, pero no saben valorar con el tiempo lo que tienen a mano. Y es curioso, porque saben apreciar lo verdaderamente bueno. Como van cambiando constantemente lo que quieren, diferencian al instante cuándo algo vale la pena. Pero aquí entra lo que hablaba anteriormente: al ver que es algo tan bueno para ellos, intentan buscar algo mejor aún, dejando de apreciar lo que ya poseían actualmente. No se sienten seguros con lo que de verdad quieren...

Probablemente te habrás imaginado de a qué similitud quiero llegar con esto. Somos personas, y a veces tratamos a otras como simples cosas, de usar y tirar. No importa cuan bueno seas para esa persona, su inseguridad hace que tarde o temprano pueda querer cambiarte por otra. Y puedes preguntarte: ¿Por qué lo hacen? ¿Qué sentido tiene? Estas personas inseguras se pasan la vida buscando a alguien perfecto para ellas, pero si en algún momento encuentran a dicha persona pueden pensar "Si he encontrado alguien así de perfecto para mí, entonces seguro que existe alguien mejor que este/a". Pero la realidad para ellos acaba siendo otra, ya que lo que acaban encontrando después de dejar a esa persona son miles más que en ningún momento la valorarían de verdad, y el consiguiente arrepentimiento de haber dejado marchar a esa que sí era "perfecta" para tí.

Es triste cuando te das cuenta de ello, pero mi consejo es (como ya digo en numerosas ocasiones), que no dejes marchar a quien empezaste a valorar y no te da razones de lo contrario, porque es muy difícil encontrar a alguien así y muy fácil perderlo. Ten fe en tí, en tus decisiones y en lo que consideras que te llena. No tener las cosas claras acaba haciéndote daño a tí y a las personas que confían en cómo eres. Cree en tí mismo, y entonces sabrás con quien quedarte de verdad.



domingo, 9 de octubre de 2016

De tí sin mí

La palma de tu mano junto a la mía, una mirada y un beso. Quedó entonces un lazo irrompible que demostrará que las almas gemelas existen, y que agradezca tu presencia, tu existencia. Solos tú y yo. Yo y tú como el mismo espíritu. Un instante demasiado esperado tras muchos años de inesperadas exactitudes...

Pero es hora de reír, de llorar acompañado, que los malos momentos han pasado. Es hora de volar, de subir a lo más alto. De sentir que la marea ya no nos haga daño como a otro desdichado barco destruido en un nuevo acantilado.

Recorramos el mundo, recorramos la vida, mi dulce sombra, mi dulce brisa, tras haber sentido las huellas del destino llamando a nuestra puerta.

Al fin. Has llegado.



domingo, 2 de octubre de 2016

Querido amor en el mundo

Querido amor en el mundo:

Sí...te escucho. Te he escuchado cada noche, cada vez que has posado el lápiz sobre el papel. Escucho la música que pones cuando escribes pensando en mí. Cada vez que lo haces se abre una puerta en mi alma que me transporta a tu habitación, a tu corazón...

En ocasiones he tratado de gritar, de intentar llamarte y que te dieras cuenta de que estaba junto a tí...pero ha sido en vano. Al comprobar con el tiempo que ibas estando cada vez menos triste una sonrisa ha ido iluminando mi rostro, el cual tampoco recuerdo. Porque no quiero volver a verte llorar, no quiero que vuelvas a perder a nadie, te mereces a alguien que sienta la maravillosa persona que eres, que te haga como mínimo ver la vida como te la intenté mostrar yo.

Es hora de partir... Esta será mi última visita, nuestro último anochecer. Pero no te preocupes, como ya sabes con cada pensamiento tuyo nunca moriré.

Gracias por iluminar mis últimos momentos cuando apenas nadie se preocupó de hacerlo. Gracias por hacerme sentir viva...

Te quiero.



lunes, 5 de septiembre de 2016

La ventana al mundo

Hoy te contaré una historia. En algunos lugares del mundo ocurre un extraño fenómeno. Nadie sabe por qué, pero a unas personas siempre les ocurre lo mismo. Están solas sentadas en su habitación cuando de repente comienza a llover. Tras un pequeño rato esas personas deciden extender la mano fuera de la ventana para sentir la lluvia y tras unos segundos de haberlo hecho deja de llover, quedando únicamente unas gotas sobre la palma de la mano. Si deciden dejarla abierta, todas ellas se evaporarán con el resto, pero si cierran la mano las conservarán. Sin embargo después de ese día tarda muchísimo tiempo en volver a llover.

La lluvia es como toda la sociedad, cada persona que tenemos alrededor son gotas de agua, y las gotas que permanecen en nuestra mano son las personas que deciden conocernos y quedarse para valorarnos de verdad. Son muy pocas, pues este mundo sólo se mueve básicamente por interés propio. Por tanto procura no dejar escapar a esas personas, tardan demasiado en llegar y poco tiempo en marcharse si no las valoras al igual que ellas hacen contigo. Juntos podéis enfrentaros a los mayores retos que nos pone esta complicada vida. Porque no hay nada mejor que afrontar las injusticias de este mundo con las personas que quieren lo mejor para tí, sin segundas intenciones para su beneficio, únicamente porque la sola presencia de los dos hace que ambos lleguen a ser más felices, junto a esas otras pequeñas gotas que se quedaron suspendidas en tu mano...pase lo que pase.



domingo, 21 de agosto de 2016

Ya no llueven lágrimas

            Hoy ya no llueven lágrimas desde la ladera de mis párpados. Ya no tienen la fuerza para recordarme que un punto y a parte no es el final de una historia. Una historia sembrada desde una canción donde las almas gemelas vuelven a existir. Donde tú y yo somos un Sí.

No hay fuerzas. No hay fuerzas ni razón para olvidar cómo eres. Cómo tus dedos viajan por mis mejillas para acercarme al camino de tus besos, y hacer el amor sobre las sábanas de tu mirada. De ver en tu cuello tus pasiones destacadas. Cómo tu sonrisa, tus bromas despertando las ganas de levantarme de mi letargo, son capaces de alegrar mis sentidos más serios.

De lo único que tengo fuerzas es de hacer justicia a nuestro mundo. De hacer realidad unas promesas que solo quieren la lealtad de sus hacedores. Ver como los dos fabricamos miles de momentos, demostrando que la monotonía no existe si estamos dispuestos a romper las barreras establecidas.

Cumplir nuestros sueños, nuestras fantasías, nuestras oportunidades para ser felices por unos instantes. Unos instantes que se hacen eternidad por el simple hecho de encontrarte a mi vera, haciéndome cosquillas en las yemas de mis dedos mientras me dices payasadas, mientras tu mirada repasa mis labios seguida de la suavidad de los tuyos, mientras me sientes, mientras amanece, mientras eres especial...


lunes, 15 de agosto de 2016

Hoy

Hoy no se qué escribir, pero lo necesito, como tantas veces. En verdad sí se sobre qué. Demasiadas cosas en mi cabeza, demasiados sentimientos recorriéndome el cuerpo, lo que no se es cómo expresarlos.

Uno se pasa la vida intentando comprender y complacer a los demás, razonar sus más profundas incertidumbres. El intentar saber el por qué de todo: sus reacciones,  sus manías, su carácter...

Pero, ¿Quién trata de comprenderme a mí? ¿Por qué tanto individualismo? Hoy en día prima el pensar en uno mismo, en juzgar a los demás por no ser como tú, antes que preguntar el por qué de las cosas.

A conciencia nombré a este blog como "Incomprendido". Quizás no estoy hecho para este mundo ni para nadie, solo para mí mismo, y eso... Es en lo que lo que me da miedo convertirme, en otro ser individualista más, como si hubiera pocos en esta vida.


miércoles, 13 de julio de 2016

A mi dulce sombra


Te soñé esta noche. Estabas preciosa con ese vestido amarillo de seda, caminando por la arena acercándote a mí. El atardecer dibujaba en el cielo anaranjado una escena de calma que acompañaba a la perfección con tu sonrisa. ¿Cuántas veces desee desde mis adentros conocerte? Y ahora estabas ahí junto a mí, dándome un abrazo de esos que todo el mundo desearíamos cada noche y cada mañana al despertarnos.

Y sí, me desperté. Me desperté y ya no estabas. Te habías escapado de entre mis dedos y sentado al borde de la cama me pregunté, una vez más, cuándo me encontraría de verdad contigo. Contigo, sí. Tú tan ideal para mí con tus más y tus menos, pues la perfección absoluta no existe en este mundo. Tú sin inseguridades, poniendo cada hecho por delante de tus palabras. Haciéndome reír, haciéndome sentir.

Y es que tengo ganas de levantarte por las mañanas guitarra en mano tocando tu canción favorita; presentarme en tu casa después de poner a prueba nuestras diferencias y regalarte mi mayor beso; perderme contigo por la ciudad y que nos de igual porque juntos seríamos capaces de encontrar el camino de vuelta; regalarte el día de tu cumpleaños una partitura a piano para que tus manos tocándola no tuvieran envidia de tus oídos por poder escucharla.

Tener un buen motivo más para sonreír porque al fin nos hayamos encontrado, tras esas duras batallas que quedaron en el camino con gente que no supo valorarnos. Poder escaparnos de esa sociedad donde el amor es algo pasajero, degradado hasta el punto de entretenimiento, y demostrarle al mundo que es posible crear una historia de sueños tan reales que cada vez que cerremos los ojos no tengamos miedo de volver a abrirlos.

Una pena que al despertarme no recordara tu rostro. Quizás el destino ha decidido de nuevo que hoy no sea el día en el que lo descubra, para que cuando llegue el día que estés frente a mí no dude en darte todo lo que siempre te has merecido, por esperar mi llegada en esta vida llena de vaivenes y sinsentidos...


martes, 21 de junio de 2016

Los abuelos: El cariño eterno

Cuando creces te das cuenta que el destino no sólo nos quiso dar dos padres, nos dio cuatro más. Unos padres con un punto de vista diferente, llenos de ganas por dar todo el tiempo que no pudieron darle a sus hijos. Un corazón en una mano, razón y experiencia en la otra. Así son los abuelos, personas tan jóvenes por dentro como nosotros, el cual el tiempo no ha hecho sino darles más ganas y motivos para querernos.

Un abuelo es un regalo, es la posibilidad de vivir tiempos que nunca podríamos haber vivido, montones de historias dignas de escribir en un libro. Momentos únicos por descubrir tras las puertas de una mente que ha recorrido un largo camino hasta acabar justo delante de tí.

Tiene que ser maravilloso vivir algún día desde nuestra propia piel con el paso de los años ese momento cuando un nieto hace una visita a sus abuelos, porque la ternura y la alegría que se refleja en sus miradas al vernos bien podrían definir eso que dicen de que los ojos son los espejos del alma, y si existe una forma pura de felicidad, estoy seguro que no se aleja de lo que sienten en ese momento.

Hay abuelos divertidos, abuelos orgullosos, abuelos tranquilos, abuelos que ya no están... pero sean como sean todos tienen algo en común: siempre te cuidarán, desde cualquier lugar y no dudarán en hacerlo. Por muy mal que se sientan, por muy mal que el mundo les haya tratado y no tengan fuerzas de nada, un abuelo siempre estará ahí, pase lo que pase. Por alguna razón desconocida existe un vínculo irrompible capaz de apartar las barreras de la razón, para que la mano de tu abuelo y tu abuela estén siempre sobre tu hombro.

Abuelos, estéis donde estéis para mí mi cielo siempre seréis vosotros. Porque cada día de vuestras vidas habéis dado razones para añoraros, y hacerme pensar una y otra vez que los abuelos...deberían de ser eternos.



miércoles, 4 de mayo de 2016

El corazón que aguarda

Trizas. Un corazón pisado, arañado y destruido. Un corazón lleno de cólera buscando esa esencia no descubierta por la ciencia, que lo repare como un jarrón esparcido en añicos. Un corazón tan maltratado que sus latidos sólo empujan los ligeros recuerdos que lo han deparado a ese instante. Un corazón que ha sentido tantas lágrimas que lo que mejor conoce en la vida es la tristeza del mundo. Un corazón al que el sentir ya sólo le parece la mejor ficción jamás contada. Un corazón al que una nueva llamada de alguien la siente como una nueva historia con final en la que el tiempo es la única variable que todo avecina y donde todo queda.

Y a pesar de todo...sigue vivo.

Un corazón al que las fuerzas no le quedan sino de sentir que la vida es algo más que una búsqueda de lo imposible. Un corazón tan fuerte que a pesar de como ha sido tratado una y otra vez es capaz de escalar de nuevo esa cima infinita esperando volver a ver de nuevo la cumbre y en la que no exista vacío en el que caer.

Ese corazón es al que te enfrentas conocer. Ese es el corazón forjado de nuevo entre piedra y sal, al que la aparición de tus pasos pueden congelarte por su gélida desconfianza o quemarte entre sus dulces ganas de la verdadera llegada de quien le pertenezca. Trátalo como se merece y quizás el tuyo también encuentre lo que en las viejas historias llamaban sentimientos, lo que en las nuevas se llama amor.



jueves, 28 de abril de 2016

Recuerda quien fuiste, para saber quien eres

Recuerda quien fuiste, para saber quien eres. Porque si hay algo que no vamos a poder cambiar nunca es nuestro interior. Podremos maquillarlo de una forma u otra. Podremos golpearlo, acariciarlo, disfrazarlo...pero por mucho que lo intentes siempre seguirá igual. Por eso, no importa lo que digan los demás.

No cambies porque te lo diga alguien. No cambies porque te muestren una maravillosa realidad que no descubriste antes. No cambies porque la sociedad te diga que tienes que seguir un canon. No cambies porque en las redes sociales todos parezcan felices y tú quieras ser como ellos. No cambies porque te digan que el rap es mejor que el rock, o que la música comercial es mejor que el rap, por ejemplo. No cambies porque te digan que el pasado no vale para nada, que no vale quien fuiste. Porque los pedazos de tus recuerdos es lo que a día de hoy hace que seas como eres. No cambies porque no te sientas como el resto. Ni si quiera cambies por lo que yo pueda decirte en estas palabras.

Ten personalidad y no cambies por nadie si crees que eso es buscarte a tí mismo, porque tarde o temprano tu "yo" interior se preguntará de nuevo: "¿Qué ocurre aquí?" Y cuando llega ese momento desearías haber sido tú mismo todo ese tiempo pasado. Sentirás un vacío y la sensación de un tiempo perdido ante personas que quisieran mal o quisieran bien para tí, al intentar cambiarte han hecho que dentro de tí haya surgido un caos que te ha acabado perdiendo, más que encontrando.

Entonces... ¿Qué puedes hacer? No cambies: mejora.

Porque cuando intentes mejorar, otras personas puede que descubran en tí una forma de ver la vida tan plena y diferente que haga que sean ellos los que se pregunten si deberían seguir cambiando por los demás. Porque quien siempre aceptó tu forma de ser son los que al final más feliz te pueden hacer. Porque si aceptas como son los demás y les ayudas a mejorar, conseguirás mucho más que intentar "obligarles" a ver la forma en la que tú eres feliz para que ellos lo sean de esa forma. Haz que a los demás les guste que seas como eres. Por ser tú mismo, por mejorar cada día, por crear tu propia felicidad y ante todo, por poseer tu propia personalidad, y que no la posean los demás.


No cambies...Mejora.


jueves, 14 de abril de 2016

El camino de la felicidad


Puede que muchas veces te preguntes por qué el mundo se pone en tu contra, por qué las muchas cosas buenas les pasan a los demás y a tí no. Pero creo que la primera pregunta que deberías hacerte es: ¿Cómo puedo yo obtener mi propia felicidad?

Puede que haya muchas respuestas a esta pregunta pero hay una con un tema muy claro: El concepto de madurar. 

Desde pequeños en los medios de comunicación, la gente, toda la sociedad en sí nos enseñaron a que cuanto más crezcamos más serios tenemos que ser, atender más a la superficialidad y a imaginar menos, y sólo hacerlo si tiene que ver con nuestro trabajo.

Imaginar, si te fijas bien la mayoría de las veces que hacíamos eso era cuando éramos niños. Los niños sí que saben ser felices, con sus pensamientos exentos de problemas queriendo imaginar siempre lo inimaginable y haciendo de lo más insignificante una enorme fantasía que se hace realidad. Porque nos hacemos la idea de que maduramos a medida que crecemos y que aprendemos cuanto más pasa el tiempo, pero ¿no nos planteamos quizás que desaprendemos muchas cosas que ya teníamos aprendidas cuando éramos niños? Entonces, sólo tienes que darte cuenta de que para ser felices deberíamos aprender a ser un poco niños de nuevo y que nos llame todo más la atención. ¿Sabes por ejemplo cuál es uno de los momentos más especiales de la gente que tiene un hijo pequeño?: Cuando juegan con él. Porque es uno de los momentos en los que tu niño interior puede salir y divertirse como antes sin que la sociedad diga: "mira ese joven, ese hombre, o esa mujer están siendo infantiles".

Es muy fácil ser feliz, más de lo que piensas, en cualquier momento. Vuelve a dibujar formas a las nubes cuando mires al cielo, sonríe bajo el paraguas cuando hay lluvia, a pesar de que el resto se esté quejando por la calle de que llueve. Fíjate en la gente, emociónate de las cosas que le pasan cuando andas, siente el aire en la cara cuando caminas o vas en bicicleta. Siéntate a ver un atardecer. Levántate por la mañana con ganas de comerte el mundo con una sonrisa. Llega a casa y en vez poner cara de "vaya día más malo que he tenido", alegra a tus padres, tu pareja o tus hermanos con una sonrisa. Porque piensa que todo el mundo está abarrotado de problemas, a nadie le apetece tener gente llena de negatividad. Sonreír te abrirá muchas puertas.

Pero bueno, no te estoy diciendo que se te vaya el santo al cielo y no estés con los pies en la tierra como si todo fuera una fantasía, ¡al contrario! Te muestro cosas que las tenemos todos los días, a pesar de nuestros problemas, que pueden ser cogidas al instante y no cuestan dinero, y por esto último, a muchos no les interesa que las hagas.

Piensa por ejemplo, por qué en el cine, en los libros, en cualquier lado tratan de vendernos una imagen idílica donde todo es posible y que sin embargo la sociedad no cree. Saben perfectamente que dentro de nosotros estamos reprimidos ante esas grandes cosas que podríamos hacer. Sacan las emociones y los deseos que tenemos dentro, pero al mismo tiempo nos las definen como inalcanzables, porque saben que eso vende, porque cada uno en nuestro interior tenemos escondida esa capacidad de ser feliz, y que la única forma para acceder a ella sea mediante esas historias que nos cuentan que no pasarían nunca, para que cada vez que nos acerquemos a esa forma de felicidad digamos..."eso sólo pasa en las películas", y nuestra única forma para ser feliz sea el dinero, para ser niños de nuevo por unos momentos, cuando no es así.

Es posible amar a alguien durante toda la vida, es posible cumplir tus sueños con constancia y esfuerzo, es posible ser curioso y sacar el niño que siempre fuimos sin dejar de ser personas maduras, es posible estar contento en el día a día, volver a vivir de verdad. Que no te engañen... existe el camino de la felicidad y se encuentra en las cosas pequeñas. Sólo tú eres el que decide cuando comenzar a recorrerlo. Así que sonríele a la vida y espero que encuentres tu momento para ser más feliz.


domingo, 13 de marzo de 2016

La vie en rose

Y vas paseando... ¿o se diría caminando? Qué más da, vas andando mientras el mundo a tu alrededor va cambiando de color y el aire... se siente. ¿Has sentido alguna vez el aire? No importa si estás en medio de la ciudad o a la vera del mar, el aire acariciándote la cara te recuerda que hay cosas en la vida que merecen la pena disfrutarlas, como ese simple momento. Y mientras sigues andando observas a la gente que parece que actúa a tu paso, como una película en la que tú eres el protagonista y los demás simplemente te acompañan dando pie a ese instante. Decides ponerte música como si de la banda sonora se tratara y mientras suena La vie en rose ves que puedes ser feliz por momentos. La canción comienza a dibujar un cambio en la expresión de aquella realidad tan monótona, tan simple y desata del todo la verdadera, la que se puede aprovechar hasta el infinito y ver como el mundo cobra vida más aún gracias a las misteriosas sensaciones que nos es capaz de transmitir la música.

El río a tu lado refresca el ambiente y te hace recordar que aún estamos en invierno, aunque los hermosos recuerdos ocultan el frío y resplandecen acompañados de su calor, haciéndote sentir vivo y ver como la vida es un continuo florecimiento que solo acaba el día que se apague, y que mientras tanto estás ahí, construyendo un bonito momento más, un bonito momento por el que recordar que eres capaz de sentir y apreciar la vida.

Sigues caminando y caminando y tras unos momentos el sol ya se ha escondido mientras el anciano con el acordeón de cada noche toca esa misma canción que estabas escuchando antes, la única que el pobre hombre se sabe, y decides dejarle la moneda que te prometiste darle por alegrar los oídos cada día de cada transeúnte.

Sin más que sumido en los sentimientos, la felicidad y las sensaciones solo quedaba estar sentado en el pequeño y mágico escalón del puente de Triana mientras sus luces reflejan en el río una noche sevillana del recuerdo. De fondo, suena entonces para tí por última vez aquel solo de trompeta de Louis Amstromg y tu mente tararea para tu corazón...la vie en rose.


sábado, 20 de febrero de 2016

Cicatrices del pasado

Te sientas, con tu rostro totalmente inerte. ¿Qué te ocurre? Te quitas la camisa para sorprenderme, para ver tu piel llena de cicatrices, y entonces entiendo tu pesar. Veo como agachas la cabeza y te acaricias ambos brazos lentamente, rozando con la yema de tus dedos las heridas del tiempo. Me cuentas como te las hicieron y, para mi sorpresa, no es la respuesta esperada. Nadie te las hizo...¿Te las hiciste tú? ¿Tampoco? Cuéntame.


Mi mundo es fuerte, pero mi corazón es frágil. Vivo mi vida llena de felicidad caminando como si la noche fuera día y el día fuera una noche eterna. Amo la vida y tengo pasión por disfrutar de cada gota que me pueda aportar de felicidad. Pero las situaciones, las personas y las circunstancias cambian. Cuando el corazón es feliz vive cada momento, lo aprecia, lo valora y lo cuida. Cada bonita situación, cada persona maravillosa que llega a tu vida, cada hermoso momento acaricia mi piel para susurrarme: Estoy aquí. Sin embargo pueden llegar momentos en que esas situaciones, personas y momentos den un revés... un revés que quema la piel, la abre, la destruye. Deja grietas por el cuerpo donde hubo una piel llena de vida uniendo su calor con otra magullada. Las caricias no dejan marca al hacerlas y si al tiempo esa persona se olvida de que las hizo, al no verlas no las recordará. Las cicatrices, aunque se noten poco siempre estarán ahí, pase lo que pase, para recordar cada momento vivido, bueno o malo.


Ahora lo comprendo. Quizás no pueda borrar esas cicatrices, pero no hay alma más comprometida a hacer que esa sonrisa nunca decaiga por mis acciones. Que la próxima vez que acaricies tus brazos mi mano esté sobre la tuya mientras lo haces. Que el peso y la carga de ellas sea más liviana para que tus recuerdos comiencen a ver un nuevo amanecer. Sí, estoy aquí.




jueves, 14 de enero de 2016

Miedo

Tras todos nuestros sentimientos, tras todas nuestras sensaciones, tras nuestra búsqueda de la felicidad siempre hay algo que cubre con su manto negro la luz que necesitamos para vivir: el miedo.

Paso a paso vamos recolectando vivencias que nos asustan, una y otra vez, forjando un enemigo oculto tan fuerte capaz de volver triste la más alegría absoluta y el mayor optimismo posible. Nos acecha esperando salir cuando todo va bien e intentando que cada momento de nuestras vidas tengamos más cosas por las que decir "no" a nuestra propia felicidad. Y es triste que al final las personas no tengan más remedio que crear una coraza que los proteja de él, que evite pasar de nuevo por lo que más tememos.

Es curioso cómo tras haber conseguido cosas maravillosas que nos hagan feliz una simple aparición del miedo pueda hacer que temamos perder algo que ni hemos intentado, de ponernos una venda en los ojos y mirar otras cosas más fáciles, de guiarnos hacia la pérdida de lo que merece la pena.
Todas las personas han perdido innumerables oportunidades por culpa del miedo y han tenido que preguntarse: "¿Esta vez podría ser la verdadera oportunidad?" "¿Me volverán a engañar?" "¿Vale la pena intentarlo?" Y al final, por desgracia dejamos de apreciar lo que podíamos conseguir por...'miedo'. Dejamos de ser nosotros mismos. 

Y mayormente el miedo suele crearlo la gente, con sus actitudes, con sus ganas de aprovecharse de los demás, con sus mentiras, con su individualismo, rompiendo a muchas de esas buenas personas que solo intentaban hacer de la vida algo mejor en esta podrida sociedad. Perdemos a muchos por no ser el 'yo' más verdadero. 

Al final miramos a nuestro alrededor, tenemos a mucha gente y poca que valga algo. Porque el miedo hizo que algunas de esas pocas personas que ciertamente valían mucho han creído que tú eras como los demás. Porque tener mucha gente y ninguna con la que ser tú mismo es como estar en soledad. 

Valora lo que de verdad vale la pena, nunca sabes cuando lo puedes perder.