lunes, 5 de septiembre de 2016

La ventana al mundo

Hoy te contaré una historia. En algunos lugares del mundo ocurre un extraño fenómeno. Nadie sabe por qué, pero a unas personas siempre les ocurre lo mismo. Están solas sentadas en su habitación cuando de repente comienza a llover. Tras un pequeño rato esas personas deciden extender la mano fuera de la ventana para sentir la lluvia y tras unos segundos de haberlo hecho deja de llover, quedando únicamente unas gotas sobre la palma de la mano. Si deciden dejarla abierta, todas ellas se evaporarán con el resto, pero si cierran la mano las conservarán. Sin embargo después de ese día tarda muchísimo tiempo en volver a llover.

La lluvia es como toda la sociedad, cada persona que tenemos alrededor son gotas de agua, y las gotas que permanecen en nuestra mano son las personas que deciden conocernos y quedarse para valorarnos de verdad. Son muy pocas, pues este mundo sólo se mueve básicamente por interés propio. Por tanto procura no dejar escapar a esas personas, tardan demasiado en llegar y poco tiempo en marcharse si no las valoras al igual que ellas hacen contigo. Juntos podéis enfrentaros a los mayores retos que nos pone esta complicada vida. Porque no hay nada mejor que afrontar las injusticias de este mundo con las personas que quieren lo mejor para tí, sin segundas intenciones para su beneficio, únicamente porque la sola presencia de los dos hace que ambos lleguen a ser más felices, junto a esas otras pequeñas gotas que se quedaron suspendidas en tu mano...pase lo que pase.