domingo, 28 de mayo de 2017

Diez años después

Diez años después los dos se volvieron a ver en aquel parque plagado de recuerdos.

Ambos se miraron y no pudieron evitar sonreír, y tras saludarse se sentaron en un banco.

-¿Te acuerdas de este lugar?- Preguntó Rafa sin perder la sonrisa.
-Claro que lo recuerdo, nuestro...
-Primer beso, cuando te di mi anillo- Interrumpió él- Parece que fue ayer.
-En el fondo me sorprende que lo recuerdes y lo digas con tanta naturalidad-dijo Sara al que la memoria de aquel tiempo le ensombreció un poco el rostro.
-¡Venga! No seas tonta, es tiempo pasado, seguro que desde que pasó lo que pasó todo ha ido bien.
-Bueno, he tenido mis más y mis menos pero a día de hoy todo va bien, por suerte.

Rafa se quedó pensativo unos instantes.

-Sé que te da reparo preguntarme, y estoy seguro de que ya no sientes lo que en aquellos días, pero te diré algo que creo que te reconfortará escuchar.
-Está bien- dijo decidida Sara.
-Durante todo este tiempo he aprendido algo: valorar. No estoy con aquella chica por la que te dejé. He cometido el error que tuve contigo una y otra vez. Emocionarme por alguien y cuando esa persona finalmente se interesaba por mí, buscar a otra persona. Y siempre me he quejado de que no encontraba el amor, pero es que ni yo mismo me daba la oportunidad. Es como si hubiera necesitado siempre de la emoción de que una persona que me gustara no estuviera del todo interesada en mí. En el fondo era una mezcla de cosas, gente que no merecía la pena aparecía en mi vida y cuando sí aparecía alguien que merecía la pena, me ocurría eso. Querer algo y cuando lo tenía dejarlo de lado. Querer...lo que no se tiene.
-Odio ese aspecto de la sociedad, y odié que tú fueras así. Lo odié con toda mi alma. Has tardado diez años en darte cuenta, pero me alegro que finalmente recapacitaras.
-Sé que llego tarde en decírtelo pero siento mucho lo que te hice. Miles de personas pasan por manos de gente irresponsable que piensan más en sí mismos que en el daño que pueden hacer a los demás tratando mal sus sentimientos...

Sara notó que dos lágrimas caían de los ojos de Rafa y le dio un abrazo.

-No te preocupes, se que en el fondo de tu corazón no eras así, por eso pasé tanta rabia cuando me sentí desplazada por tu parte... Pero estamos los dos aquí y ahora. No sé qué pasará, pero me alegro de que no nos sintamos unos desconocidos, cuando en realidad nunca lo fuimos.

Rafa se tranquilizó y la miró.

-¿Cómo puedes ser tan buena conmigo después de todo?
-Siempre creí en mis palabras-Sara soltó un suspiro y le enseñó un pequeño objeto-Pase lo que pase.







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