jueves, 20 de agosto de 2020

Somos uno

Respiración. Es bonita, dulce, delicada, como tu piel acostada en mi hombro, que con la tranquilidad de mis palabras y tu mirada forman una armonía única. Única tras esas grandes pinturas que nos rodean, que nos observan y nos convierten a nosotros en un nuevo cuadro. Tumbados nos convertimos en arte, el arte de escuchar el sonido de la lluvia aterrizando sobre la superficie del paraguas, consiguiendo una banda sonora perfecta para nuestro camino de vuelta a casa.

Somos dos. Somos dos convirtiéndonos en la leyenda de lo que muchos añoran, de lo que muchos buscan, por lo que muchos lloran, de la tranquilidad, de las sonrisas, de la complicidad, del deseo. Una línea invisible que atraviesa nuestros corazones, y dueños del tiempo reímos y disfrutamos ante la perplejidad del destino. Caemos, nos levantamos, volamos. Caemos, nos levantamos, soñamos. El viento nos encamina de nuevo a la llegada de tu respiración, expectante, buscando el despertar de mi mirada, buscando la suavidad de nuestras manos entrelazadas que añoran cada reencuentro, el fin de los suspiros, la creación del comienzo.

Mientras, los cerezos en flor nos observan, y la luz del sol nos acaricia la cara, meciendo en las mejillas de ambos un surco de calor como si nos recordara que somos dos, somos dos...somos uno.