martes, 21 de junio de 2016

Los abuelos: El cariño eterno

Cuando creces te das cuenta que el destino no sólo nos quiso dar dos padres, nos dio cuatro más. Unos padres con un punto de vista diferente, llenos de ganas por dar todo el tiempo que no pudieron darle a sus hijos. Un corazón en una mano, razón y experiencia en la otra. Así son los abuelos, personas tan jóvenes por dentro como nosotros, el cual el tiempo no ha hecho sino darles más ganas y motivos para querernos.

Un abuelo es un regalo, es la posibilidad de vivir tiempos que nunca podríamos haber vivido, montones de historias dignas de escribir en un libro. Momentos únicos por descubrir tras las puertas de una mente que ha recorrido un largo camino hasta acabar justo delante de tí.

Tiene que ser maravilloso vivir algún día desde nuestra propia piel con el paso de los años ese momento cuando un nieto hace una visita a sus abuelos, porque la ternura y la alegría que se refleja en sus miradas al vernos bien podrían definir eso que dicen de que los ojos son los espejos del alma, y si existe una forma pura de felicidad, estoy seguro que no se aleja de lo que sienten en ese momento.

Hay abuelos divertidos, abuelos orgullosos, abuelos tranquilos, abuelos que ya no están... pero sean como sean todos tienen algo en común: siempre te cuidarán, desde cualquier lugar y no dudarán en hacerlo. Por muy mal que se sientan, por muy mal que el mundo les haya tratado y no tengan fuerzas de nada, un abuelo siempre estará ahí, pase lo que pase. Por alguna razón desconocida existe un vínculo irrompible capaz de apartar las barreras de la razón, para que la mano de tu abuelo y tu abuela estén siempre sobre tu hombro.

Abuelos, estéis donde estéis para mí mi cielo siempre seréis vosotros. Porque cada día de vuestras vidas habéis dado razones para añoraros, y hacerme pensar una y otra vez que los abuelos...deberían de ser eternos.



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