domingo, 9 de octubre de 2016

De tí sin mí

La palma de tu mano junto a la mía, una mirada y un beso. Quedó entonces un lazo irrompible que demostrará que las almas gemelas existen, y que agradezca tu presencia, tu existencia. Solos tú y yo. Yo y tú como el mismo espíritu. Un instante demasiado esperado tras muchos años de inesperadas exactitudes...

Pero es hora de reír, de llorar acompañado, que los malos momentos han pasado. Es hora de volar, de subir a lo más alto. De sentir que la marea ya no nos haga daño como a otro desdichado barco destruido en un nuevo acantilado.

Recorramos el mundo, recorramos la vida, mi dulce sombra, mi dulce brisa, tras haber sentido las huellas del destino llamando a nuestra puerta.

Al fin. Has llegado.



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